Solo un número limitado de tierras raras presentan riesgos reales de agotamiento

Los resultados del proyecto ASTER, cuyo objetivo es cuantificar los flujos de algunas tierras raras en Europa a lo largo de la cadena de suministros, muestran que solo un número limitado de dichas tierras raras presentarán riesgos reales de agotamiento, aunque en 2020. De hecho, por una parte, existen oportunidades reales de capturar los flujos de productos en su última etapa de vida útil para reciclar las tierras raras que contienen y, por otra parte, se están desarrollando nuevos proyectos mineros fuera de China. Además, la aparición de tecnologías menos costosas en tierras raras (por ejemplo, las lámparas LED) contribuirá igualmente a reducir la tensión sobre el equilibro entre la oferta y la demanda de dichos materiales.

Neodimio, disprosio, terbio… Estas tierras raras son esenciales para la producción de imanes permanentes, luminóforos o baterías. ¿Qué necesidades reales tiene la Unión Europea? ¿Cuál es el potencial de tierras raras de nuestro subsuelo? ¿Qué podemos esperar del reciclaje? Estas son las principales cuestiones abordadas por el proyecto de investigación ASTER (Análisis sistemático de tierras raras: flujos y existencias). La originalidad del proyecto reside en que tiene en cuenta a la vez los recursos vinculados a las minas potenciales del subsuelo, y los recursos procedentes del reciclaje de productos al final de su vida útil. Financiado por el ANR, este proyecto ha sido coordinado por el BRGM (Oficina de Investigaciones Geológicas y Mineras) en colaboración con BIO de Deloitte, el grupo Solvay, el IRIT y el Institut Polytechnique LaSalle Beauvais.

Dentro del grupo de tierras raras hay seis elementos a los que se ha dado prioridad: praseodimio, neodimio, europio, terbio, disprosio e itrio. Su carácter prioritario se ha juzgado por su importancia para los sectores industriales fundamentales (especialmente el de las energías renovables) y su utilización en productos que son potencialmente reciclables. Los principales productos considerados en el proyecto son los polvos luminóforos de las lámparas fluorescentes (que utilizan terbio, europio e itrio), los imanes permanentes de neodimio-hierro-boro (con neodimio, disprosio y praseodimio) y las baterías de níquel e hidruro metálico (neodimio y praseodimio). Uno de los principales frutos del proyecto ASTER es la realización de diagramas denominados “Sankey” a partir del análisis de los flujos de materia (o MFA: Material Flow Analysis). Estos diagramas permiten visualizar mejor los flujos y las existencias de sustancias en diferentes estadios de la cadena de suministros: desde la producción hasta la gestión de los deshechos. A pesar de que actualmente no se extraen tierras raras del subsuelo de la UE, este subsuelo está considerado como una reserva potencial, que abarca la Europa continental (incluyendo el conjunto del Escudo Báltico que comprende la Península de Kola de Rusia) y también la parte de Groenlandia unida a Dinamarca.

Los resultados del proyecto proporcionan datos cuantitativos sobre los flujos y las existencias, y sugieren que solo un número limitado de tierras raras presentarán riesgos reales de agotamiento en 2020 (especialmente el neodimio y el disprosio). De hecho, por una parte, existen oportunidades para capturar flujos de productos al final de su vida útil para reciclar las tierras raras que contienen y contribuir a evitar ese agotamiento y, por otra parte, están previstos nuevos proyectos mineros, incluso en Europa. Este es el caso del proyecto minero de Norra Kärr en Suecia, cuyo yacimiento es especialmente rico en tierras raras pesadas (véase el recuadro). Además, la aparición de tecnologías que requieren menos tierras raras (por ejemplo, las lámparas LED) contribuirá igualmente a la reducción de la tensión existente en el equilibrio entre la oferta y la demanda de esos materiales.

Última modificación: 08/05/2015

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